¿A quien no le gusta salir con
los amigos de marcha a altas horas de la noche, después de una larga semana
ajetreada y que tu cerebro lo único que te pide es salir a desestresarse esas
neuronas? Y porque no, que mueran algunas en el proceso del buen entretenimiento.
Ya como toda buena semana “productiva” así como le llamas, debes de ser
premiada con el tan afamado “vámonos de
coto”.
Pues bien, los lugares pueden ser
variados, casa de un colega de la universidad, ir a un antro que acaban de
abrir recientemente para explorar nuevos horizontes, realizar un recorrido
antropológico de todos y cada uno de los centros de socialización más chic. Hasta
porque no “ir de putas a un table dance”
o putero como se le llama con algo de vulgaridad.
En la primera disyuntiva hemos de
tener que siempre hay un ambiente “muy amigable” entre la flota que solamente
van a pasar el rato, siempre y cuando haya para el gasto del tan anhelado
elixir de los dioses. Aquí se puede catar de todo, desde lo más fino y
recatable (eso si, dependiendo de los bolsillos de los colegas), hasta lo mas
bajo y teporochista que hay. El ambiente tiene a ser bueno, a excepción de que
siempre se habla de la escuela y cuando se esta en la escuela se habla de las
estupideces que hacemos en las quedadas de los compis de la universidad, además de ridiculizar al más estúpido y forzarlo a beber hasta quedar con una guarapeta y llorando en el baño del buen anfitrión.
En el
caso que haya féminas en el momento, siempre tienen a ser las mismas
compañeras, cosa que nunca hay novedad en el ver, ya que por lo general siempre
están en un estado de perfil bajo para autopreservar la imagen que tienen sus
propios compañeros de clases así activándose su complejo de fulana hasta el
infinito (independientemente si hay amigos de los amigos y demás), además de el
caso que si llevasen una amiga, siempre la van a tener junto a ella, con el fin
de no estar a solas con ningún compañero de la escuela y mucho menos la amiga
de ella que causará furor en todos sus compañeritos, actuando como auténticos
machos teniendo con los pantalones abajo y el churro al aire, hablando de si
mismos con un ego elevadísimo, presumiendo e intentándola impresionarla además
viéndose de manera patética mostrando necesidad por captar la atención y buscar
la validación de la fémina en turno. Ni se diga el comportamiento de algunas de
ellas, que con tal de tenerlos bien cogidos de sus intenciones, se aprovechan a
diestra y siniestra de ellos mismos con el afán de obtener lo que ellas quieran
sin mover un solo dedo (que va, a lo mucho mueven la bolsa como si fuese un
conjuro mágico-hipnotizante para tener rendidos a los pies a toda la manada de
pollasfuera.
Este ni se diga, ir a un antro
nuevo, ir con los compis y entrar a “tal antro nuevo para ver que hay”, si
hablásemos de ello, diría que es la misma gata revolcada, siempre son los
mismos temas del lugar, mismo personal que has visto en otros lugares, misma
música, muebles, piso, dueños y hasta porque no, el mismo gorila de seguridad
que te topaste hace dos fines y no te dejo entrar por casi dos horas porque
andabas con tu playera de noventa pesos y con tus tenis náuticos con la segunda
remendada de las suelas. Bueno, ya con
entrar como había dicho, te topas con el mismo ambiente de hace dos sábados y
esperando que cambien las caras, si las caras de las niñas que te quieres
llevar a tu coche prestado por tus padres para ir de antro, pero sorpresa, son
las mismas que topas en todos los antros habidos y por haber, ya que ellas no
se pueden perder la inauguración y lo primero que ves en la barra es a la mujer
que te intentaste ligar hace dos semanas y lo único que te dio fue las gracias
por comprarle sus tragos, para que el hijoputa en turno, tomase ventaja de
“gran inversión”, y el sin mover un solo dedole dijo tres líneas coherentes en
su manera de comportarse, mientas que tu hacías malabares con tal de que te
hiciera una migaja de caso, él se la levantó, la subió en su auto propio y se
la cepillo como todo buen cabronazo que es, y al ver a la mujer en la barra
mirándote, te la pasas mal toda la puta noche con todos tus cuates encerrado en
su círculo social de cuatro metros cuadrados y en el caso de que haya
compañeras de clases, siguen en el mismo plan, a excepción que si encuentran
algo bueno durante la noche, ellas aprovechan el momento y se largan haciéndose
las desentendidas del buen beber que tuvieron todos que poner para ingerir ese
valor y conversar con la que está con el puto teléfono hablando con el novio o
también estando en la jodida red social viendo las actualizaciones del
pagafantas en turno mandándole mensajes de “donde estas” y ella respondiendo
“en casa, lista para ir a dormir” y ella esperando a ver quien muestra interés
en ella para que se incremente un poco su ego y sentirse deseada y validada por
los mojachurros en turno.
Cuando los compis no se ponen de
acuerdo a donde ir y lo ultimo que quieren toparse son con las niñatas que se
topan en las reuniones privadas y en los antros que solamente piden tragos y
shots a no más poder con el simple hecho de aptar su atención, llega aquí el
ultimo recurso“VAMONOS A VER CULOS Y TETAS”, “VAMONOS A LA POLLA, O QUE TAL AL FANTASY O EXTRAVAGANCE”, y sin más que decir todos como
somos esclavos de nuestro churro y si, déjate de agárratela mientras estas
leyendo. Lo que sigue es a continuación es el más obvio de lo que ocurre: se
entra para ver y desear a una bailarina mostrando sus encantos con un poco de
propina alrededor de un tubo y realizando maromas hasta el más alto nivel de
dificultad dando así la proyección de la posición que deseas someterla en tu cabecita
llena de perversiones que quisieras hacérselas en ese preciso momento; le tiras
un billete como muestra de gratitud de haberte excitado de manera placentera
por unos instantes sin estar consiente que algunas lo hacen por necesidad y
otras por la búsqueda de la validación y porque han sabido disfrutar de ello.
Después de un baile por aquí y por allá, se dirigen a las mesas de los clientes
y a conversar con ellos. Algunos no les hacen caso, otros les siguen el juego
hasta el punto de saber si hay la posibilidad de llevárselas después de la
jornada laboral, otros hablan con ellas para mostrarse vulnerables y
confesándose ante ellas, algunos les pagan unas bebidas para que no se vayan y
así pasar un rato más ameno, pero no le quita el hecho de que algún pequeño
viciosillo frustrado haga todo ello además de: pagar un privado y que ella realice una danza tan seductora que te la
ponga como una piedra y en caso de que te sientas a punto de explotar, pactas
un acuerdo con la bailarina para ir a algo más (siempre pagando más allá de la
tarifa establecida) en lo que te ponen una canción para disimular el gemido tan
fingido que ella pone, mientras
se la engarrocha en un lugar incomodo y
sobretodo no siendo el primero ni el último haciendo esas guarrerias con ella
(ni ella tampoco será la última vez que lo hará), explotándote todas tus necesidades
instintivas a cambio de unos cuantos pesos y terminando más seco que un palo en
verano ardiente.
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